Rescatistas buscan sobrevivientes tras un terremoto en Diyarbakir, Turquía, 6 de febrero de 2023. REUTERS/Sertac Kayar/File Photo

ADANA, Turquía/DAMASCO,  (Reuters) – Un devastador terremoto causó el lunes la muerte de más de 3.000 personas en una franja de Turquía y el noroeste de Siria, mientras que el gélido clima invernal se sumaba a la difícil situación de las miles de personas que quedaron heridas o sin hogar y dificultaba los esfuerzos por encontrar supervivientes.

El sismo, de magnitud 7,8 y que se produjo en la oscuridad de una mañana de invierno, fue el peor que ha sacudido Turquía en lo que va del siglo. También se sintió en Chipre y Líbano.

El terremoto derribó bloques de apartamentos enteros en ciudades turcas y sumaba más devastación a los millones de sirios desplazados por años de guerra.

Posteriormente, un segundo terremoto de magnitud 7,7 sacudió la región de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía, informó la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del país.

«Fue como el Apocalipsis», dijo Abdul Salam al-Mahmoud, un sirio de la ciudad septentrional de Atareb. «Hace mucho frío y llueve mucho, y la gente necesita que la salven».

Una vista general de los edificios colapsados tras un terremoto en Diyarbakir, Turquía, 6 de febrero de 2023. REUTERS/Sertac Kayar

Se trató del sismo más poderoso registrado en el mundo por el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) desde el terremoto detectado en un área remota del Atlántico Sur en agosto del 2021.

El segundo sismo fue lo suficientemente grande como para derribar más edificios y, al igual que el primero, se sintió en toda la región, poniendo en peligro a trabajadores de rescate que luchaban por sacar a las víctimas de entre los escombros.

«Nos sacudió como si fuera una cuna. Éramos nueve en casa. Dos hijos míos siguen entre los escombros, aún los estoy esperando», dijo una mujer con un brazo roto y heridas en la cara, hablando en una ambulancia cerca de los restos de un bloque de siete plantas donde vivía, en Diyarbakir, en el sureste de Turquía.

La gente se para frente a un edificio derrumbado después de un terremoto en Kahramanmaras, Turquía, el 6 de febrero de 2023. REUTERS/Cagla Gurdogan

En Turquía, la cifra de muertos ascendía a 2.316, dijo el ministro de Salud, Fahrettin Koca said, mientras que los heridos sumaban al menos 11.119. En Siria fallecieron al menos 1.073 personas, según cifras del gobierno y de los equipos de rescate en la región noroccidental controlada por los insurgentes.

Las deficientes conexiones a internet y las carreteras dañadas entre algunas de las ciudades más afectadas del sur de Turquía, donde viven millones de personas, dificultaban los esfuerzos para evaluar y hacer frente al impacto.

Las temperaturas en algunas zonas podrían descender hasta casi el punto de congelación durante la noche, lo que empeoraría las condiciones de las personas atrapadas bajo los escombros o sin hogar. El lunes empezó a llover tras las tormentas de nieve que azotaron el país el fin de semana.

Rescatistas y miembros del ejército sirio buscan sobrevivientes bajo los escombros, luego de un terremoto, en Alepo, Siria, 6 de febrero de 2023. REUTERS/Firas Makdesi

Se trata ya del mayor número de víctimas mortales de un terremoto en Turquía desde 1999, cuando un temblor de magnitud similar devastó la densamente poblada región oriental del mar de Mármara, cerca de Estambul, causando más de 17.000 muertos.

El presidente turco, Tayyip Erdogan, lo calificó de desastre histórico y el peor terremoto que ha sacudido Turquía desde 1939, pero afirmó que las autoridades estaban haciendo todo lo que podían.

«Todo el mundo se está esforzando al máximo, aunque la estación invernal, el frío y el hecho de que el terremoto se haya producido durante la noche dificultan las cosas», afirmó.

Con información de Reuters