El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) pone a disposición de los servicios esta guía para el manejo integral de dengue, para que el personal que atiende los servicios pueda aplicarla de una forma simple, sencilla y eficiente de acuerdo con los recursos existentes, sin desestimar lo más importante, que es la prevención.
El dengue es la enfermedad viral transmitida por artrópodos de mayor relevancia en las Américas por ser una de las causas más frecuentes de consulta médica.
Después del período de incubación (de 4 – 10 días), la enfermedad comienza abruptamente y pasa por tres fases: febril, crítica y de recuperación. Aunque la enfermedad “es compleja en sus manifestaciones, el tratamiento es relativamente simple, barato y muy efectivo para salvar vidas, siempre y cuando se lleven a cabo las intervenciones correctas y oportunas.
Fase febril:
Generalmente, los pacientes inician con fiebre alta de inicio súbito. En esta fase es imposible predecir si el paciente va a evolucionar a la curación espontánea o a la gravedad.
Fase crítica:
Al bajar bruscamente la fiebre, el paciente con dengue puede mejorar y recuperarse de la enfermedad o presentar un aumento de la permeabilidad capilar con una duración de 24 a 48hrs, acompañado de deterioro clínico y el hallazgo de uno o más de los siguientes
Signos de Alarma:
• “Dolor abdominal progresivo hasta ser continuo o sostenido e intenso y al final de la etapa febril.
• Trastorno del sensorio: irritabilidad, somnolencia, letargo.
• Sangrado de mucosa: gingivorragia, epistaxis, sagrado vaginal no asociado a menstruación o sangrado menstrual mayor al habitual y hematuria.
• Acumulación de líquidos por clínica, por estudios de imágenes, o ambos, al final de la etapa febril.
• Hepatomegalia mayor de 2 cm por debajo de reborde costal y de instalación brusca.
• Vómitos persistentes (tres o más en una hora o cuatro en seis horas).
• Aumento progresivo del hematocrito”.
Fase de recuperación:
Una vez que desaparece la permeabilidad capilar, tiene lugar una reabsorción gradual del líquido extravasado que retorna del compartimiento extravascular al intravascular. Esta etapa “se caracteriza por ausencia de fiebre, mejoría del estado clínico, el paciente presenta buen apetito, estado hemodinámico normal, diuresis normal o aumentada.
Los criterios de hospitalización son:
• Niños menores de 1 año.
• Niños con enfermedades de base descompensadas o adultos con enfermedades crónicas descompensadas.
• Niños o adultos con signos de alarma.
• Niños o adultos con criterios de dengue grave.
• Embarazadas.
• Adultos con casos especiales: anticoagulados, renales crónicos o en terapia sustitutiva, cirróticos, cardiópatas.
• Pacientes en situación de riesgo social.
• Si el paciente es neonato (menor a 28 días de vida) debe ser referido a un centro asistencial donde exista médico pediatra para su evaluación.
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