El martes 5 de abril, Lima amaneció con las calles vacías debido a que el presidente Pedro Castillo anunció al filo de la medianoche una inmovilización social obligatoria en la capital por 24 horas debido a las graves protestas ciudadanas que se registraron el día anterior en la capital de Perú y en distintos puntos del país.
Además, decretó el estado de emergencia en Lima y Callao, «suspendiendo los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión y tránsito».
Además, decretó el estado de emergencia en Lima y Callao, «suspendiendo los derechos constitucionales relativos a la libertad y seguridad personal, la inviolabilidad del domicilio y la libertad de reunión y tránsito».
Sin embargo, ante la presión ciudadana y del Congreso, Castillo decidió derogar el decreto en horas de la tarde.
Castillo levanta el toque de queda en Lima tras molestia y desobediencia de población
No faltaba menos, miles de personas se movilizaron por las calles de Lima para exigir la renuncia de Castillo. Inicialmente, la protesta fue pacífica pero, por la noche, una turba de vándalos se enfrentó con la Policía y destruyó las sedes de la Corte Suprema de Justicia, el Ministerio Público y el Jurado Nacional de Elecciones. También realizaron saqueos en distintas tiendas.
Con información de La Voz de América