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La opositora hondureña Xiomara Castro se declaró triunfadora en las elecciones presidenciales del domingo tras lograr una ventaja preliminar de 20 puntos porcentuales sobre su más cercano rival, una victoria aplastante que devolvería a la izquierda al poder por primera vez desde hace 12 años.

Xiomara Castro, candidata presidencial del opositor Partido Libre. Foto. REUTERS / Fredy Rodríguez / Foto de archivo

Con el 51.45% de los votos computados, Castro, esposa del derrocado expresidente Manuel Zelaya, cosechaba el 53.61% de respaldo, mientras que Nasry Asfura, alcalde de la capital y aspirante del gobernante Partido Nacional (PNH), obtenía un 33.87%, de acuerdo a cifras oficiales preliminares.

Pero, tras más de siete horas sin actualización de resultados, los hondureños se empezaban a impacientar y recordaban lo que sucedió en las presidenciales de 2017, cuando la tendencia cambió repentinamente después de que el conteo se detuviera durante horas, desatando protestas y acusaciones de fraude contra el saliente mandatario Juan Orlando Hernández.

«Honduras y el pueblo merecen posiciones claras respecto a situaciones de tanta trascendencia. Señores CNE (Consejo Nacional Electoral), como parte del proceso de recuperar la democracia, es importante alejar los fantasmas del pasado», escribió el usuario de Twitter @FACáceres.

La consejera del CNE, Rixi Moncada, pidió «responsabilidad y paciencia» en Twitter y aseguró: «continuamos trabajando».

Un voluntario electoral muestra la boleta al comenzar el conteo de votos durante las elecciones generales, en una escuela en Catacamas, Honduras. Foto: REUTERS / Jose Cabezas

Las elecciones de este año se celebraron en un contexto de escándalos de corrupción y descontento social en la nación centroamericana, alimentado por una economía en crisis y una violencia crónica del crimen organizado, que ha empujado a un número récord de hondureños a abandonar su lugar de origen.

Castro, autoproclamada socialista demócrata en un país en el que muy pocas mujeres ocupan puestos de poder, prometió durante su campaña acabar con la corrupción.

«Hicimos historia», escribió en su cuenta de Twitter.

«Revertimos el autoritarismo y revertimos el continuismo», dijo a simpatizantes la noche del domingo, rodeada de compañeros de su Partido Libertad y Refundación (Libre), asesores y familiares, incluyendo su marido, quien fue derrocado en 2009 cuando intentó cambiar la Constitución, según opositores, para perpetuarse en el poder.

Alianzas

Castro, de 62 años, también se comprometió a fortalecer la democracia participativa a través de consultas populares, una herramienta que ha sido empleada en repetidas ocasiones por los mandatarios izquierdistas de la región.

Críticos la han pintado como una peligrosa radical de izquierda y la felicitación del presidente venezolano, Nicolás Maduro, les hacía temer una futura alianza.

Sin embargo, líderes empresariales no tardaron en tender puentes.

«(El) sector privado reitera su compromiso de hacer todo lo necesario para que su gestión sea ejemplo de transformación», escribió Eduardo Facusse, líder de la principal cámara de comercio del país, en su cuenta de Twitter.

Castro, quien contendió por la presidencia en 2013, respondió: «vamos a trabajar de la mano con el sector privado para mejorar el clima de inversión con el objetivo de generar empleos».

La mujer, licenciada en administración de empresas, supo aprovechar la impopularidad del saliente mandatario, quien modificó la Constitución para permitir su cuestionada reelección en 2017 y se vio implicado en un caso de narcotráfico en un tribunal federal de Estados Unidos.

Hernández ha negado repetidamente cualquier delito, pero el candidato de su partido, Asfura, se esforzó por mantener distancia con el gobernante durante la campaña electoral.

«Nadie soportaba a este gobierno, demasiados años, demasiada corrupción», dijo Franklin Membreño, de 42 años, en Tegucigalpa.

«Creo que los que estaban en favor del Partido Nacional eran los empleados públicos, pero el pueblo normal, como nosotros, ya no», agregó el dueño de una pequeña tienda de ropa para niños.

El domingo por la noche, Asfura pidió en su cuenta de Twitter «paciencia, tranquilidad y sosiego» a los demás postulantes presidenciales y a los votantes para que esperaran a que se terminara el conteo de votos.

Sin embargo, al mediodía del lunes, el tercero en carrera, Yani Rosenthal, reconoció su derrota y felicitó a Castro como virtual presidenta de Honduras.

La suerte de los 128 miembros del Congreso hondureño seguía en el aire, ya que el árbitro electoral aún no ha publicado los resultados preliminares. Si el PNH puede mantener el control, podría bloquear muchas de las propuestas de Castro.

Con información de Reuters.