Los venezolanos acuden el domingo a las urnas en las elecciones regionales que se convierten en una prueba de fuego para las nuevas autoridades electorales y la oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro, bajo la larga recesión económica y la hiperinflación del país sudamericano.
En la jornada se escogen 3.082 cargos entre gobernadores, alcaldes y concejos municipales por 21 millones de votantes registrados. En estos comicios, la oposición vuelve a participar en medio de una división y tras haber estado ausente de las presidenciales de 2018 y las parlamentarias de 2020, argumentando la falta de garantías.
Unos 14.000 centros están habilitados para votar, un acto que no es obligatorio en Venezuela, y que debía comenzar a las 6 de la mañana y culminar a las 6 de la tarde, a menos que haya electores en fila.
En algunos centros del este y centro de Caracas, donde ya estaban observadores europeos, no había empezado el proceso pasada las 7 de la mañana, según testigos Reuters.
Maduro el viernes hizo un llamado a votar durante un acto de entrega de viviendas. Mientras el líder opositor Juan Guaidó dijo que aunque no hay condiciones para sufragar, quien decida hacerlo que sea en contra del gobierno.
Guiadó tiene el respaldo de Estados Unidos y sus aliados occidentales que lo consideran líder legítimo de Venezuela y cuestionan a Maduro por considerar que cometió fraude en su reelección en mayo de 2018. El mandatario dice que el líder opositor es un «títere» de Washington.
Si la oposición se desempeña mal, perdiendo las cuatro gobernaciones que ganó en 2017, la última vez que fue a unas elecciones, se quedaría sin una base de poder regional para disputar las elecciones presidenciales previstas para el 2024.
La votación también demostrará la imparcialidad del Consejo Nacional Electoral (CNE), máximo organismo para los comicios en el país, que en mayo incluyó a dos opositores entre sus 5 directores principales, lo que la convierte en la junta más equilibrada en 17 años, según han dicho sus miembros.
Una misión de observación electoral de la Unión Europea, por primera vez en 15 años, estará supervisando los comicios en 22 de los 23 estados. La misión divulgará un primer informe 48 horas después de la elección y el definitivo en unos dos meses.
En la campaña electoral, que culminó el jueves, el discurso de los aspirantes oficialistas como de los opositores parecía coincidir en la necesidad de cambios para mejorar la pobre prestación de servicios públicos como agua, luz o gas para cocinar, además de atender las debilidades de sector salud y educación e impulsar el empleo.
Con información de Reuters.