Entre el dolor y la indignación, los ecuatorianos conocieron, este sábado, una nueva masacre en la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, con el saldo trágico de, al menos, 68 muertos y 25 heridos, a pesar de que en el país rige el estado de excepción y las Fuerzas Armadas y la Policía patrullan las ciudades, pero no tienen el control permanente de las cárceles.

Desde la noche del viernes hubo rumores de que había explosiones en la Penitenciaría; luego familiares se acercaron a las inmediaciones en busca de información, sin recibir respuestas, hasta que a la madrugada se empezó a difundir vídeos horrendos de la masacre y la incineración de cuerpos. Incluso, hubo transmisiones en vivo de la matanza, desde el pabellón 2, controlado por los ‘Chonekillers’, parte de ‘Los Choneros’, hoy acérrimos rivales.

Aunque en un principio se habló de 58 muertos y 12 heridos, la Fiscalía informó posteriormente a través de Twitter de que «alrededor de 68 privados de libertad fueron asesinados y otros 25, heridos».

Cuarto incidente consecutivo en cinco días

El de este fin de semana es el cuarto incidente consecutivo en este centro carcelario, solamente entre el 8 y 12 de noviembre. Esta vez usaron dinamita para botar las paredes. La comandante general de la Policía, Tannya Varela, informó de que 400 uniformados permanecen en el pabellón dos y otros 300 en las afueras de la Penitenciaría, y que se habría retomado el control de la cárcel. «Estamos luchando contra el narcotráfico y luchar contra esto es muy duro», dijo el gobernador del Guayas, Pablo Arosemena, este sábado.