Esta semana, la farmacéutica Pfizer comenzó a realizar ensayos clínicos en etapa intermedia y tardía de su píldora contra el COVID-19 en 2,600 personas.
Aunque la empresa farmacéutica Pfizer se encuentra en pruebas con el fin de realizar una píldora para prevenir el COVID-19, otras compañías también trabajan en posibles antivirales orales con la finalidad de prevenir que ciertas enfermedades avancen a un estado severo. Un claro ejemplo es la imitación del medicamento Tamiflu, el cual actúa ante síntomas severos contra la influenza.
“Creemos que el combate al virus requerirá tratamientos efectivos para personas que contraen el virus o han estado expuestos a él, complementando el impacto que han tenido las vacunas”, mencionó Mikael Dolsten, jefe de investigaciones científicas de la compañía.
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Serán 2 mil 600 adultos los que participarán en las pruebas del ensayo clínico a partir de que tengan señales de infección de COVID-19 o que estuvieron expuestos al virus. De manera aleatoria, los adultos recibirán dos veces al día durante cinco o diez días, una combinación de PF-07321332 y ritonavir, o un placebo. El fin de esta prueba es determinar la seguridad y eficacia de los medicamentos preventivos que se están desarrollando.
La píldora es conocida como un “inhibidor de proteasa”, donde en las pruebas de laboratorio ha demostrado detener el efecto replicador del virus. Si realmente funciona, únicamente será efectiva en las primeras etapas de la infección. Cuando el virus del COVID-19 avanza de manera severa, el virus deja de replicarse, por lo que los pacientes viven una respuesta inmune super activa.
Con información de TV Azteca Jalisco