Estados Unidos prometió el miércoles comprar 500 millones más de dosis de vacunas para el COVID-19 y donarlas a otros países, en momentos en que se ve sometido a una presión cada vez mayor para compartir su suministro con el resto del mundo.
«Para vencer la pandemia aquí tenemos que vencerla en todas partes», dijo el presidente estadounidense, Joe Biden, al iniciar una cumbre que busca elevar las tasas de inoculación a nivel mundial y que incluye a los líderes de Canadá, Indonesia, Sudáfrica y Gran Bretaña, así como al director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Con esta donación, el total de dosis entregadas por Estados Unidos al resto del mundo sumarán más de 1.100 millones, muy por debajo de los 5.000 a 6.000 millones de dosis que los países más pobres dicen que necesitan.
Las vacunas de Pfizer Inc y BioNTech SE serán producidas en Estados Unidos y serán enviadas a países de ingresos bajos y medios a partir de enero, dijo un funcionario de alto rango del gobierno de Estados Unidos antes del anuncio.
«Este es un gran compromiso de Estados Unidos. De hecho, por cada inyección que hemos administrado en este país hasta la fecha, ahora estamos donando tres inyecciones a otros países», señaló el funcionario a periodistas.
Una fuente con conocimiento del tema dijo que el gobierno pagaría unos 7 dólares por dosis.
En junio, el gobierno de Biden acordó comprar y donar 500 millones de dosis de la vacuna. Bajo los términos de ese contrato, Estados Unidos pagará a Pfizer y BioNTech alrededor de 3.500 millones de dólares o 7 dólares por dosis por las inyecciones.
Lea también: FDA autoriza la tercera dosis de la vacuna Pfizer para adultos mayores
Estados Unidos ha sido criticado por planificar dosis de refuerzo para los estadounidenses completamente vacunados, mientras que millones de personas en todo el mundo todavía no tienen acceso a las inyecciones.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, regañó el martes a los líderes mundiales por la desigual distribución de las vacunas contra el COVID-19, describiéndola como «obscenidad» y agregó que el mundo ha «reprobado en ética».
Con información de Reuters.