El actual gobierno de México, presidido por Andrés Manuel López Obrador, negó el miércoles haber firmado contratos con las empresas que usan el software de espionaje Pegasus, de la compañía israelí NSO Group, supuestamente empleado por administraciones anteriores en el país latinoamericano.
El diario británico The Guardian informó el lunes que el círculo más próximo al mandatario, periodistas y políticos, fueron objetivos potenciales de vigilancia por parte de un cliente gubernamental de NSO Group entre 2016 y 2017, antes de que el gobernante llegara al poder.
«Es importante señalar que las contrataciones concluyen el 31 de diciembre del año 2018 y que durante la administración del presidente López Obrador estos grupos no han sido contratados por el gobierno federal», dijo Santiago Nieto, jefe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda.
Durante la habitual conferencia de prensa diaria del mandatario, el funcionario detalló que una red de empresas ligadas a NSO Group realizaron depósitos por más de 5,900 millones de pesos (291 millones de dólares) en las gestiones de Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018).
«Todo esto tiene que ver con el antiguo régimen, eran las prácticas para tener el control, mirar, manipular, para imponerse», afirmó López Obrador, quien en la víspera había dicho que su gobierno ya no espía aunque admitió que no sabía si se seguían contratando esa clase de servicios.
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El martes, el gobernante señaló que el caso es «una vergüenza», pero dijo que no iba a presentar una denuncia por el rastreo al que fue sometido su entorno cercano por parte de las administraciones precedentes, que es investigado por la Fiscalía General de la República.