Basados en el semáforo de alertas del COVID-19, que indica que el municipio de Guatemala está en alerta naranja, la comuna permitió la instalación de locales afuera de la iglesia de Santo Domingo.
A marchas forzadas, los vendedores instalan sus ventas porque sólo tienen el permiso hasta el 31 de octubre para ofrecer sus productos como parte de la festividad de la Virgen del Rosario que se celebra este mes.
«Sabemos que el año pasado para nosotros fue inesperado y hoy que venimos, también venimos con alegría porque sabemos que el año pasado fue algo triste, pero este año a los compañeros se les dio la autorización para venir a vender y creemos que es positivo para nosotros«, indicó Carlos Juárez, comerciante.
Pandemia detuvo ventas
Silvia Chalí, originaria de San Juan Comalapa, Chimaltenango, instaló su venta de dulces típicos y espera que las personas consuman esos productos porque asegura es la primera vez que vende formalmente desde que inició la pandemia.
«Me siento feliz al poder empezar a trabajar de nuevo y este es el sustento de nosotros de diario y es nuestro trabajo«, señaló la comerciante.
La Municipalidad de Guatemala será la encargada de que se cumplan los protocolos de bioseguridad por parte de los vendedores y visitantes para prevenir la propagación y el contagio del COVID-19.
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