Los objetos de las producciones cinematográficas más célebres conviven con una nueva narrativa de la industria en el centro inaugurado en Los Ángeles.

En febrero de 1915, una película proyectada en el Auditorio Clune, en el centro de Los Ángeles, puso a aplaudir a rabiar a los 1.000 asistentes. Los espectadores, según los periódicos de ese día, saltaban en las butacas y daban pisotones de emoción tras una función de tres horas acompañada con una orquesta de 40 músicos. Era El nacimiento de una nación, la cuestionada película que coloca como héroes a los integrantes de Ku Klux KlanSu proyección en la Costa Oeste fue la primera toma de temperatura de la película semanas antes de su estreno oficial en Nueva York, cuando se convirtió en un éxito e hizo a su director, D. W. Griffith, una de las primeras leyendas para una industria naciente, años antes de que se consolidaran los grandes estudios de Hollywood, como Paramount, MGM, Fox, RKO y Warner Bros.

El rediseño, iniciado en 2015, estuvo a cargo del taller del arquitecto italiano Renzo Piano, que conservó la fachada de estilo modernista de finales de los años treinta. El centro también cuenta con dos salas de exhibición de última tecnología: el teatro David Geffen, con 1.000 butacas, y el Ted Mann, que puede acoger hasta 288 espectadores para proyectar estrenos y ciclos de cine.

academy_museum_motion_pictures, foto cedida por el museo

No todo son objetos. El museo también enseña el nuevo rostro de Hollywood. Un paseo por sus primeras exposiciones (el precio de la entrada general es de 25 dólares, unos 21,5 euros) revela que la Academia ha digerido las polémicas recientes por las críticas de falta de diversidad y representación. El trabajo del equipo formado por 12 comisarios muestra que no existe una única versión de la historia del cine. La importancia de personajes como Griffith y su polémica obra maestra, que se exhibió ininterrumpidamente por más de una década en algunos Estados del Sur y tuvo una audiencia inicial de 25 millones de personas a pesar de su racista retrato de los negros, es apenas una nota al pie en el museo o una excusa para recuperar voces perdidas bajo el peso de otras famas.

Con información de El País