El líder de la República Democrática de Corea (Corea del Norte) criticó duramente al popular género musical originario de su vecina Corea del Sur.
Kim calificó al K-pop como un «cáncer vicioso que corrompe los atuendos, peinados, discursos y comportamientos de los jóvenes norcoreanos».
El político lidera una cruzada contra la influencia de la cultura capitalista occidental.
Según informó el diario estadounidense The New York Times, medios de Corea del Norte advirtieron que si no se llega a controlar la influencia que genera la cultura surcoreana, el país podría “derrumbarse como un muro”.
En diciembre de 2020, Pyongyang impuso una ley especial que prohibía el consumo y distribución de películas, música y libros provenientes del exterior. Las sanciones pueden llegar de 5 a 11 años de prisión por la posesión de material al definirlo como «propaganda extranjera».
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Las medidas también estipulan que hay sanciones de hasta dos años de trabajos forzados para aquellos que «hablen, escriban o canten al estilo surcoreano».
Kim fue enfático en febrero pasado al ordenar a todas las provincias erradicar la difusión de este tipo de contenido.