La era de Xavi Hernández como entrenador del Barcelona comenzó con una sufrida y hasta angustiosa victoria sobre el Espanyol (1-0) fraguada en un penalti muy protestado, en tanto que el Sevilla se situó provisionalmente en la cabeza de la tabla pese a tropezar ante el Alavés (2-2) y también lo pasó mal el Atlético de Madrid para deshacerse de Osasuna (1-0).

El colegiado madrileño Carlos del Cerro Grande consideró pena máxima en una acción del uruguayo Leandro Cabrera sobre Memphis Depay y pese a las protestas de los espanyolistas no revisó la jugada. El neerlandés aprovechó la ocasión y desequilibró el partido con casi toda la segunda mitad por delante, algo que hasta ese momento no había podido hacer pese a su dominio sin mucho peligro en el periodo inicial.

Xavi, que dio la alternativa a jóvenes como Ilias Akhomach y Abde Ezzaizouli, sufrió al final, como todo el Camp Nou. El conjunto de Vicente Moreno tuvo las suficientes ocasiones claras como para haber evitado la derrota, principalmente a través de su referente ofensivo, Raúl de Tomás, e incluso de Landry Dimata. Al primero la madera le frustró en un par de ocasiones y el belga remató de cabeza fuera cuando estaba solo a pocos metros de la portería. Incluso el chino Wu Lei, en el último segundo, también la tuvo.

 

No cuajó un encuentro brillante el Barcelona en el estreno de Xavi, pero, con el público entregado y esperanzado en que con uno de sus mitos cambie el decorado, pudo festejar una victoria más que necesaria para iniciar el despegue desde la novena plaza con la que comenzó esta jornada tras haber enlazado dos derrotas y dos empates seguidos.