Los lugareños lo acusaban de haber disparado al aire sin causa justificada, con un arma aparentemente ilegal, lo que habría dado como resultado que un niño de 7 años resultara herido en el cuello y la cabeza.
Ante la molestia, el grupo de aproximadamente 300 personas le dejó caer gasolina encima, con la intención de prenderle fuego. Sin embargo, las agentes de la Policía Nacional Civil llegaron a tiempo. Finalmente en el camino hacia la el juzgado local de turno, los lugareños tiraron una piedra en contra de la patrulla, lo que ocasionó que el vidrio se quebrara.
Por el momento el hombre se encuentra bajo disposición de las autoridades a la espera de resolver su situación legal.