Mimi Barona ha tenido una vida llena de sacrificios para lograr destacar en el surf y de paso clasificarse a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
 

Mimi Barona sabe que la vida es como las olas, a veces estás abajo y otras arriba, pero considera “un sueño” su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, donde este domingo se estrena el surf como disciplina y ella busca subirse a la cresta de la ola olímpica.

Era mi gran sueño de pequeña, llegar a unos Olímpicos cuando el surf ni siquiera pertenecía al ciclo olímpico”, expresó en entrevista con Efe la surfista ecuatoriana de 30 años de edad que entrena en su pueblo de Montañita, cuna del surf local.

Tocada con una gorra negra y el pelo mojado tras haber entrenado temprano, la surfista se siente pletórica ante el reto olímpico que la coloca entre las veinte mejores del mundo.

Su boleto a los Juegos Olímpicos no ha sido un camino de rosas, ya que en los Juegos Mundiales de surf de El Salvador, el pasado mayo, quedó eliminada en la tercera ronda, pero el hecho de que la peruana Daniela Rosas quedara entre las siete primeras le abrió la posibilidad de la repesca.

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Fueron los tres días de mayores nervios de toda mi vida”, recuerda esta deportista que tiene en su palmarés una plata en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, tres oros en latinoamericanos o vicecampeonatos mundiales como el de 2016 ISA de Costa Rica, cuando se conoció que el surf entraría en la categoría olímpica.

Aunque comenzó tarde, a los 15 años, la suya “ha sido una carrera muy difícil, con muchos sacrificios”, pero se muestra satisfecha de haber llegado a donde un día soñó estar.

Mimi Barona pasó de dormir en la playa a Tokyo 2020

Una anécdota que le sucedió con 16 años le marcaría para siempre, cuando su patrocinador accedió a pagarle, con el presupuesto destinado solo a ella, el viaje también para su hermano Israel y su otro “hermano” –el dos veces campeón latinoamericano Jonathan Zambrano-, para participar en su primera competición internacional en Panamá, donde quedó tercera.

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“El almuerzo era muy caro y con lo que íbamos a comer los tres alcanzaba para un menú. El dinero era para comida o para el hotel, así que nos quedamos con la comida y dormimos en la playa en las fundas de las tablas”, señala.

Esos “sacrificios” los lleva tatuados a fuego: “Nos ha costado mucho y hace que valoremos cada oportunidad”.

Barona será la única representante del surf de Ecuador en Tokyo 2020 y tras su clasificación contó con una apretada agenda de entrenamientos y pruebas en Ecuador y México, antes de viajar a mediados de mes a la capital nipona.

Con información de Azteca Deportes.

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