El candidato socialista Pedro Castillo amplió el lunes su ventaja en la segunda ronda electoral presidencial de Perú frente a la derechista Keiko Fujimori, quien denunció indicios de fraude «planificado y sistemático» en una de las contiendas más polarizadas en décadas en el país.
Con el 96% de los votos procesados, el recuento oficial muestra a Castillo con un 50,27% de los sufragios y a Fujimori con un 49,73%. La diferencia aumentó a 92.175 votos mientras llegan los datos de las últimas papeletas, procedentes sobre todo de áreas rurales, más favorables al candidato de izquierda.
La hija del encarcelado expresidente Alberto Fujimori afirmó que mantiene el optimismo en que se reviertan los resultados mientras espera los sufragios del exterior, históricamente favorables para los candidatos conservadores.
«Hemos notado que ha habido una estrategia de parte de Perú Libre (partido de Castillo) para distorsionar o dilatar los resultados que reflejen la voluntad popular», dijo Keiko Fujimori a periodistas junto a sus vicepresidentes.
En este contexto, denunció «indicios de fraude en la mesa que para nosotros es considerado inaceptable (…) y esto es algo que es planificado y sistemático y por eso es importante alertar a la ciudadanía».
Para sustentar sus dichos mostró videos en las redes sociales y acusó de robar votos a los partidarios de Castillo, cuyo partido respondió en Twitter diciendo que «rechazamos las declaraciones de la candidata de Fuerza Popular».
Los analistas temen que la estrechez del resultado pueda llevar a días de incertidumbre y cierto nivel de malestar, un escenario al que agrega ahora combustible la denuncia. El lunes temprano, el partido de Castillo había dicho que también fue víctima de intentos de fraude, sin dar detalles.
Final de infarto
Castillo, de 51 años y que se ha convertido en un paladín de los pobres, ha prometido reformular la Constitución para reforzar el papel del Estado y quedarse con una mayor parte de los beneficios de las empresas mineras, lo que ha puesto a inversionistas y sacudido a los mercados.
Para poner paños fríos, el postulante de izquierda dijo en la noche en un comunicado que si gana la presidencia respetará la autonomía del banco central, «que ha realizado una buena labor manteniendo la inflación baja durante más de dos décadas».
Asimismo, reiteró que junto a su equipo «no hemos considerado en nuestro plan económico estatizaciones, expropiaciones, confiscaciones de ahorros, controles de cambios, controles de precios o prohibición de importaciones», en otra señal de moderación de su discurso.
El también profesor de primaria llegó en la mañana procedente del pueblo Tacabamba, la tierra del candidato en el norte andino del país, y saludó con las manos alzadas y una bandera peruana a sus simpatizantes al llegar a su local partidario, donde había ambiente de celebraciones de cientos de sus personas con cánticos, cornetas y banderas peruanas.
«Gane quien gane, tiene que dialogar con el Gobierno y otras fuerzas políticas, estamos en un país polarizado», afirmó por su parte el analista político Andrés Calderón.
En la noche del lunes, Castillo tenía 8.552.172 votos frente a los 8.459.997 de Fujimori. Se espera que el voto rural, más lento de contar, pueda seguir ayudando a Castillo, aunque los votos no contados en el extranjero podrían ir a Fujimori.
Los mercados financieros de activos peruanos bajaron en medio de la incertidumbre y las expectativas por los resultados.
La moneda peruana cayó un 2,42%, a un nuevo mínimo histórico, mientras que el índice selectivo de la bolsa de Lima se hundió un 7,83%.
Crisis por resolver
La tensa elección, que se produjo después de que Perú pasara por tres presidentes en una semana el año pasado, ha sacudido sus mercados de divisas y de deuda, mientras que las empresas mineras temen que Castillo pueda dar paso a una mayor intervención estatal en el sector.
La vendedora ambulante Natalia Flores afirmó que no había votado por ninguno de los candidatos, pero tenía la esperanza de que quien ganara lideraría al país más allá de la reciente agitación política y la pandemia.
«Quien salga adelante, creo que tendrá que hacer un buen trabajo porque en Perú el tema de la pandemia es terrible para nosotros económicamente. El trabajo es inestable», refirió. «Ya sea el señor Castillo o la señora Keiko (Fujimori), espero que hagan un buen trabajo en los próximos cinco años».
Castillo ha sido la sorpresa de estas elecciones porque su ascenso fue poco antes de la primera ronda electoral en abril, cuando ganó sin los votos suficientes para evitar un balotaje.
Sin embargo, los analistas también afirman que quien gane tendrá un mandato debilitado, dadas las fuertes divisiones existentes en Perú, y se enfrentará a un Congreso fragmentado en el que ningún partido tendrá mayoría, lo que podría paralizar cualquier reforma importante.
Los dos candidatos prometieron remedios muy diferentes para un país que ha sufrido escándalos de corrupción en los últimos años y una fuerte caída económica provocada por el brote de COVID-19 más mortífero del mundo por cantidad de habitantes.
Fujimori ha prometido seguir el modelo de libre mercado y mantener la estabilidad económica en Perú, segundo productor mundial de cobre, con «mano dura de madre».
Con información de Reuters.