«Se siente bien uno porque porque uno colabora con las personas, no los conozco no sé quiénes son, pero mirando la necesidad me nace de mi corazón un poquito de café y pan«, dijo Fulgencia Arévalo, vecina.
Sin esperar nada a cambio, en familia llegan para compartir una pequeña muestra del gran corazón que tienen, debido a que el tiempo en el área del socavamiento se ha extendido por más de 48 horas.
«A mí me gusta ayudar a las personas, como dice mi mamá, no las conocemos, pero la tristeza que yo siento, entonces aunque sea con algo que nosotros aportamos ya es una gran ayuda para los demás y para las personas que están trabajando aquí«, indicó Evelyn López, vecina de lugar.
Estas personas invitan de corazón a los vecinos aledaños para que compartan lo poco que tienen, lo cual será duplicado en sus vidas.