En un operativo encabezado por la Marina mexicana fue detenido este viernes el narcotraficante Rafael Caro Quintero, uno de los hombres más buscados por Estados Unidos, en uno de los golpes más fuertes al narco mexicano desde la captura de Joaquín «El Chapo» Guzmán en 2016.

El capo de 69 años, miembro de la llamada «vieja escuela» y uno de los fundadores del cártel de Guadalajara, estaba prófugo desde enero de 2015 cuando un tribunal ordenó su recaptura y lo volvió a acusar del homicidio del agente estadounidense Enrique «Kiki» Camarena, año y medio después de haber sido liberado.

«Es afirmativo», dijo un funcionario de la Marina mexicana a la pregunta sobre la veracidad de la captura del capo, informada primero por medios locales.

Una fuente gubernamental, que solicitó el anonimato por no estar autorizada a declarar del tema, agregó que Caro, apodado «el narco de narcos», fue detenido hoy en la población Guachochi, ubicada en el estado norteño Chihuahua.

De momento, no hubo confirmación oficial sobre la detención de Caro o si sería extraditado a Estados Unidos, donde es requerido por la justicia por más de una decena de delitos relacionados al tráfico de drogas y homicidio calificado.

Recientemente, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) colocó al capo como uno de sus principales objetivos y hasta le puso precio: 20 millones de dólares por información que lleve a su captura.

La inusual cifra duplica la recompensa que la DEA ofrece por el líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Nemesio «El Mencho» Oseguera, acusado de inundar ese país de drogas sintéticas como el mortal fentanilo.

«Estamos contentos porque esta va a ser la más grande captura que se ha logrado en México en muchos años», opinó el exagente de la DEA, Mike Vigil. «La recompensa que ha ofrecido Estados Unidos de 20 millones de dólares es la más grande que se ha ofrecido para un narco», agregó.

«Sabemos que cuando fue liberado (en 2013), él regresó al narcotráfico, no en una gran escala, como en los viejos tiempos, pero sí estaba metido en eso porque es el único negocio que ha conocido», sostuvo Vigil.

«YA NO SOY NARCO»

En la década de 1980, Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca formaron el Cártel de Guadalajara, la primera organización criminal mexicana dedicada exclusivamente al narcotráfico. Por años, el grupo centralizó el envío de toneladas de opio, marihuana y cocaína a Estados Unidos en alianza con los poderosos cárteles colombianos.

A fines de 1984, el gobierno mexicano y la DEA lanzaron una ofensiva contra el narco. Una de las primeras acciones fue el asalto a «El búfalo», un rancho de Caro ubicado en Chihuahua. La operación dejó la mayor destrucción de marihuana hasta ese entonces en el país: 8,000 toneladas.

Dentro de la finca, de unas 1,000 hectáreas de extensión, trabajaban cerca de 10,000 jornaleros, algunos de ellos, agentes infiltrados de la DEA. En febrero de 1985, Félix Gallardo ordenó el secuestro de uno de ellos: «Kiki» Camarena, un mexicano nacionalizado estadounidense.

Camarena y el piloto mexicano Alfredo Zavala, también infiltrado en el cártel, fueron secuestrados en Guadalajara y, más tarde, torturados y asesinados. Su muerte causó una crisis diplomática entre México y Estados Unidos.

Caro huyó a Costa Rica, donde fue capturado en septiembre de 1985 junto con Sara Cosío, su pareja de entonces e hija de un político local. Horas después, el delincuente fue extraditado a México, donde fue sentenciado a fines de 1989 a 40 años de cárcel. Años después, el capo narco negó haber asesinado a Camarena en una entrevista con la revista mexicana Proceso.

Al momento de su arresto, Caro tenía 32 años de edad, decenas de casas, discotecas, agencias de automóviles y hoteles, según los medios de la época. Casi 30 años después de su encierro, en agosto de 2013, el hombre, nacido en Badiraguato -ciudad natal de «El Chapo» Guzmán- obtuvo su libertad por un error en su juicio.

Información: Reuters