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Los residentes de Shanghái están pasando apuros para conseguir carne, arroz y otros víveres en el marco de los controles anti coronavirus que mantienen confinados en sus casas a la mayoría de sus 25 millones de habitantes, lo cual aviva la frustración mientras el gobierno trata de contener un brote del virus.

Las personas en la capital comercial de China se quejan de que las tiendas de comestibles en línea se quedan a menudo sin mercancía. Algunas recibieron raciones del gobierno con carne y verduras durante unos días, pero sin saber cuándo se les permitirá salir, la ansiedad aumenta.

Zhang Yu, de 33 años, dijo que los ocho miembros de su familia comen tres comidas al día, pero han reducido el consumo de fideos para el almuerzo. No recibieron suministros del gobierno.

Las quejas ponen en vergüenza al gobernante Partido Comunista durante un año políticamente delicado, en el que se espera que el presidente Xi Jinping intente romper con la tradición y consiga un tercer mandato de cinco años como mandatario.

Shanghái pone de relieve el elevado costo humano y económico de la estrategia “cero COVID” de China, que busca aislar a todas las personas infectadas.

Con información de AP

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