La parte central de la falla de San Andrés, considerada como ‘lenta y silenciosa’, que atraviesa el estado de California (EE.UU.) de sur a norte todavía puede representar peligro sísmico. Así lo advierte un artículo publicado en la revista Geology el pasado 25 de febrero. 

La falla, que forma el límite tectónico entre la placa Norteamericana y la del Pacífico, comprende tres secciones principales que pueden moverse independientemente en direcciones opuestas.  Dos de ellas, la del sur y la del norte, están bloqueadas la mayor parte del tiempo, lo que conlleva a que la tensión sísmica se acumule durante años o siglos, y posteriormente se transforma en un sismo, detallan en un comunicado de la Universidad de Columbia. 

Sin embargo, el nuevo estudio, basado en el análisis de las rocas perforadas a unos tres kilómetros de profundidad, puso al descubierto que precisamente en esta parte podrían haberse registrado fuertes sismos en el pasado, una percepción contraria a las consideraciones previas. 

«Esto significa que podemos tener terremotos más grandes en la sección central de lo que pensábamos. Debemos ser conscientes de que existe este potencial, de que no siempre es una fluencia continua», señaló uno de los autores principales de la investigación, Genevieve Coffey.

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