Aunque cada año se observa menos esta actividad, aún hay niños que cumplen con la tradición de quebrar cascarones con pica pica de colores en ciudades y pueblos de Guatemala, como antesala a la Cuaresma.
En los mercados se observa a las vendedoras con los canastos llenos de cascarones de huevo pintados de colores y rellenos con pica pica de colores y sellados con papeles de color chillante. Todos son realizados a mano y pintados desde semanas atrás listos para que los patojos los compren y quebrárselos entre sí.
Además las locatarias venden las bolsas de confeti (finos pedazos de papel de colores) para que los niños los lancen junto a los cascarones.
Origen
Según historiadores, la práctica de quebrar cascarones surgió aproximadamente a finales del siglo XIX en Guatemala. Algunos textos de la época mencionan la celebración de mascaradas donde detallan la quiebra de cascarones e incluso algunos que se salían de control que iban rellenos con harina.
Esto pudo haberse tomado de algunas ciudades españolas donde también acostumbran pintar las cáscaras de huevo y rellenarlos de papelitos.
Ya en el siglo XX se habla de los domingos de carnaval en la Avenida del Hipódromo del Norte, donde se realizaban fiestas familiares en torno al desaparecido Templo de Minerva.
Carnaval Centenario
Una de las tradiciones que aún se mantienen vigentes es el Carnaval de Mazatenango. Esta celebración se realiza desde 1885.
La actividad consiste en desfiles de colegios, comparsas y carrozas coloridas que recorren las principales calles del muncipio. La única excepción que ha tenido este desfile fue en 2021 y 2022 cuando se canceló por la pandemia del coronavirus.