El pasado domingo 25 de diciembre, Guatemala ha perdido a una heroína dedicada a la medicina en nuestro país.
Luego de realizar su turno en el hospital Roosevelt, y tras no pasar la nochebuena y Navidad con su familia, Bessie Sofía Esther Xalin de León, de 24 años, sufrió un accidente de tránsito cuando regresaba a casa y falleció.
Los recuerdos viven en la mente de su papá y dos hermanos, quienes la resaltan como una joven valiente profesional de la medicina, una mujer que cumplía con todos sus propósitos.
«La verdad es que mi hermana fue especial, crecimos juntos, nos llevábamos 2 años de diferencia, ella fue mi confidente, nos llevábamos bastante bien. Le gustaba superarse, las manualidades, a ella le daban una cajita de crayones y una hoja y ella se ponía a pintar… Mi hermana se recibió de perito contador, le gustó el estudio, le costó mucho colocarse en un trabajo formal, le costaba bastante a ella, ella quería ayudar a mis papás, quería proveerles económicamente lo que todo hijo queremos darle a nuestros padres. No se dio la oportunidad como perito contador, mi papá vino y decidió apoyarla y emprender un nuevo curso en su vida como enfermera», dijo Abdul Xalín, hermano de Bessie Sofía.
Bessie tras la muerte de su mamá se dedicaba a trabajar para darle lo mejor a su papá y a su hermano pequeño.
«Ella aspiró a ser enfermera, ya que en mi familia mi mamá también fue enfermera y laboró muchos años, estaba esa espinita de que ella quería ser enfermera y eso ayudó, cuando se graduó de enfermería, fue el golpe de pandemia de COVID, hicieron la convocatoria para enfermeras auxiliares y aunque mis papás no estaban de acuerdo por el miedo por el COVID, ella decidió irse y tomar ese riesgo de dar su vida, por salvar la vida de los demás», agregó.
Su hermano mayor recuerda esa última llamada que sostuvo con ella antes de regresar a casa.
«Fue que ella venía para la casa, fue que le había ido el turno cansado, estaba contenta porque venía a comerse su tamal de navidad con nosotros. Hoy a las 8 menos cuarto menos diez nos avisó que venía, fue su último mensaje que recibí», dijo entre lágrimas el hermano.
Mientras el papá recuerda la última vez que la vio, la cual fue antes de salir hacia el trabajo.
«Nos despedimos en un gran abrazo, me dijo «Papito te quiero mucho, te dejé tu camisa preparada… yo estoy de pie, estoy con ustedes». A media noche platicamos y me dijo «Papito, no tengas pena hay comida, estoy alegre». Pasó toda la madrugada, a las 8 menos 10 me llamó y me dijo «Papito, ya estoy subiendo el bus, ya voy para Ciudad Quetzal», manifestó Abraham Xalín, padre de Bessie.
Ahora su familia pide justicia para los responsables de la muerte de la enfermera, y piden apoyo jurídico debido a qué no tiene recursos económicos para ello.
La joven enfermera ha sido y será recordada por sus familiares y conocidos como una heroína, quién con principios cristianos se dedicaban únicamente a trabajar y luchar por su familia.