El doctor en Historia del Arte, Fernando Urquizú explicó que la conmemoración de los fieles difuntos tiene que ver con recordar a nuestros héroes, como familiares o amigos que aún tenemos presentes.
La celebración de la Iglesia Católica ha cambiado la forma de ver la muerte, ya que celebran a un Cristo Resucitado, mientras que el pueblo que mantiene la tradición, lo vive con luto, crespones negros y calaveras.
Los tiempos modernos han hecho que las tradiciones cambien y por los quehaceres de cada día, las costumbres se acoplan aún en nuestros días.
Origen
En el tiempo de la colonia, muchas personas no sabían leer o no conocían el idioma castellano, por lo que se utilizaban las imágenes, pinturas y recursos gráficos para enseñar la fe católica.
Un crucifijo, que siempre está presente en los altares de difuntos representa el sacrificio de Cristo por todos.
Las ánimas, que son figuras que se encuentran entre llamas, representan las malas decisiones que las personas toman en su vida, por lo que surgió la costumbre de rezar o cantar una misa en memoria de estas personas para que puedan llegar al cielo.
Tradiciones
La comida es algo que a lo largo del tiempo ha unido a los guatemaltecos, degustar el fiambre o los dulces como el chilacayote, antes de visitar a sus difuntos.
La ofrenda floral en los cementerios se realiza porque las flores significan vida, se corta una vida efímera y se marchita en los altares.
Se acostumbra en los hogares colocar vasos con agua para recibir las ánimas de los familiares difuntos, ya que antes lo primero que se ofrecía a una visita es un vaso con agua.
Personas de otras denominaciones religiosas leen versículos de la biblia, acerca de la resurrección de los muertos y la vida eterna.
Costumbres que se han perdido
Antiguamente se acostumbraba vestir a los niños con túnicas blancas y con imitación de llamas que recordaba a las ánimas.
También se realizaba una procesión de calaveras, que salía de la iglesia de San Sebastián y recorría las calles por la noche, esta actividad recolectaba huevos que representaban las oraciones de los clérigos que hacían por los difuntos.
Herencia de los padres
El doctor Urquizú señala que este proceso de las tradiciones nos une como sociedad, fuera de las situaciones políticas o de crisis. Es un tejido social que se debe conocer para ser valorado.
Los padres heredan a sus hijos las costumbres para que se mantengan. En su caso, sus papás, quienes eran de Antigua Guatemala, acostumbraban reunirse para comer los platos tradicionales y visitar a los difuntos.
El altar de difuntos
En muchas casas se acostumbra realizar altares en memoria de los difuntos. Se coloca un crucifijo, flores blancas, velas y los retratos o fotografías de aquellas personas que recordamos.
Ante los altares se reza un rosario o una novena de ánimas, para pedir por su descanso eterno.
El sentido del olfato es estimulado con las flores, combinado con el ciprés y las verduras o curtidos del fiambre nos llevan a la memoria esta época.
Mantener la esencia
A pesar de los tiempos difíciles, no importa si es una comida humilde, ya que la situación de la pandemia agravó la situación de muchas personas, que quizá no tengan para elaborar el fiambre, pero lo importante es mantener la memoria de los que ya no están con nosotros.
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