Las nubes se clasifican como hidrometeoros, es decir, son un tipo de meteoro cuyo principal componente es el agua. Por lo tanto, para su generación es necesaria la presencia de agua en la atmósfera. Esto es posible gracias al proceso natural de la evaporación sobre la superficie terrestre.

Por norma general, un fenómeno físico se clasifica como meteoro si se lleva a cabo en la atmósfera y si es un proceso natural. Para que esto suceda, la composición de dicho fenómeno debe ser a pequeña escala, como un conjunto de partículas.

Las nubes se generan a base de partículas de agua que ascienden desde la superficie hasta varios niveles de la atmósfera. Sin embargo, la altura a la que llega influye mucho en la temperatura de esas partículas. En caso de alcanzar una gran altura es probable que se enfríen hasta congelarse.

Una nube es una enorme masa (capaz de percibirse con la vista) compuesta a partir de agua o hielo que está suspendida a cierta altura en la atmósfera. Existe una rama de la meteorología que estudia una serie de características de las nubes y se llama “nefología”.

Con información de Astrid Barrios.

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