Los entusiasmados fanáticos del Chelsea abandonaron el estadio Do Dragao en Oporto el sábado (29 de mayo) por la noche después de que el equipo de Londres venciera al Manchester City en la final de la Liga de Campeones diciendo que «fue el mejor día» de su vida.

Chelsea ganó su segundo título de la Liga de Campeones y le negó al Manchester City de Pep Guardiola el primero después de que Kai Havertz anotó un gol en la primera mitad para asegurar una victoria por 1-0 en la final totalmente inglesa del sábado en el Estadio Do Dragao.

«No hay palabra en este planeta para describir cómo se siente cada alma del Chelsea», dijo un fanático del Chelsea después de salir del estadio.

El joven alemán, fichaje récord del Chelsea, mantuvo la compostura mientras corría y eludía al portero Ederson antes de lanzar el balón a una red vacía en el minuto 42 para decidir un encuentro apretado frente a 16.500 espectadores.

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El City, campeón de la Premier League, era el favorito antes de la final, pero sufrió una noche desesperadamente decepcionante en su primer partido de la Champions League.